martes, 20 de junio de 2017

Las enfermedades bucales más comunes


Las enfermedades bucales más comunes
Una buena  no es solamente una dentadura sin caries. Los problemas bucales pueden presentarse también en la lengua, encías y mucosas. Las  pueden ser originadas por diversos factores y se presentan en personas de cualquier edad incluyendo a recién nacidos y niños.
Es frecuente dar poca importancia a algunas , lo cual es un grave error ya que otras partes del organismo pueden verse severamente impactadas y presentar complicaciones serias. Entonces nos podemos dar cuenta de que la  no solamente nos ayuda a prevenir la caries sino muchas otras enfermedades y es muy importante cuidarla aún con los recién nacidos, aunque solamente sean alimentados con leche materna.


Caries. La descomposición de los alimentos con la salivación da lugar a la producción de ciertos ácidos así como a la proliferación de bacterias que viven en la placa dental. Esto origina procesos de deterioro dental, que aunque se inician en la superficie de los dientes los van carcomiendo hasta llegar al conducto nervioso. Es causa importante de pérdida de piezas dentales así como vía de entrada de bacterias y otros microorganismos causantes de enfermedades y el tan temido mal aliento o halitosis.

Gingivitis. Es una inflamación de las encías que se presenta principalmente por un proceso infeccioso por bacterias. La causa principal es la  deficiente. Cuando el cepillado dental no es meticuloso, y /o cuando no se utiliza hilo dental los alimentos y/o la placa se acumulan en la línea entre los dientes y la encía. Si esto no es atendido debidamente el hueso de los maxilares puede verse afectado y convertirse en periodontitis, que conduce a la pérdida de los dientes.

Periodontitis. Esta enfermedad es un proceso infeccioso que va más allá de la superficie de las encías y presenta un deterioro en el hueso alveolar de manera que se va perdiendo el área de sustentación de los dientes. Los principales síntomas son el enrojecimiento y sangrado de las encías, ya sea al comer o al cepillarse. Es indolora pero conduce al desprendimiento de los dientes.

Cáncer bucal. La  deficiente puede dar lugar a llagas o ulceraciones que si no son atendidas debidamente puede degenerar en cáncer. Algunos detonantes del cáncer bucal pueden ser el tabaquismo, el abuso de bebidas alcohólicas, deficiencias de tipo alimenticio, exposición excesiva a los rayos solares, etc.

Halitosis. La halitosis o mal aliento puede deberse a diferentes causas, siendo la principal la higiene bucal deficiente, caries sin tratar, gingivitis y otros. Cuando se tiene mal aliento o se tienen dudas lo ideal es acudir a un chequeo dental para descartar cualquier problema bucal. En caso de que persista lo recomendable es acudir al médico ya que puede deberse también a problemas gástricos y/o respiratorios.

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que hacer para mantener limpio tus dientes

Visitar al dentista

  1. Imagen titulada Keep Your Teeth Healthy and Strong Step 15
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    Acude al dentista si observas síntomas que sugieren que estás teniendo problemas con tus dientes. En las primeras etapas, es probable que no presentes dolor, por lo que puedes tener la tentación de no acudir al dentista. Pero una vez que el problema se agrave, será más difícil de tratar. Debes programar una limpieza y un examen dental si presentas lo siguiente:[26]
    • enrojecimiento, inflamación o dolor en las encías;
    • sangrado durante el cepillado y al pasarte el hilo dental;
    • encías que se contraen y se separan de los dientes;
    • dientes permanentes que se encuentran sueltos;
    • sensibilidad a la temperatura de los alimentos;
    • mal aliento o un sabor extraño en la boca que no desaparece;
    • dolor;
    • inflamación de la mandíbula.
  2. Imagen titulada Keep Your Teeth Healthy and Strong Step 16
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    Consulta con tu dentista sobre las opciones de tratamiento. Si presentas dolor en la boca, es probable que necesites tratamiento para lo siguiente:[27][28][29]
    • caries;
    • un absceso dental;
    • un diente impactado;
    • enfermedad periodontal.
  3. Imagen titulada Keep Your Teeth Healthy and Strong Step 17
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    Consigue una limpieza dental profesional. Lo mejor que puedes hacer es realizarte una limpieza dental y un examen cada seis meses. Los niños deben empezar a acudir al dentista tan pronto como sus dientes de leche comiencen a salir. Tu dentista (o higienista dental) puede realizarte lo siguiente:[30]
    • limpiar minuciosamente tus dientes;
    • eliminar las placas duras que a menudo se forman en lugares difíciles de limpiar;
    • examinar tu poca para asegurarse de que no estás desarrollando caries;
    • verificar el estado de tus encías;
    • mostrarte la técnica adecuada para cepillarte y utilizar el hilo dental.
  4. Imagen titulada Keep Your Teeth Healthy and Strong Step 18
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    Habla con tu dentista acerca de los tratamientos de protección para tus dientes. Dos de los tratamientos más comunes y eficaces son el barniz de flúor y el sellador de fisuras. Ambos son adecuados tanto para los adultos como para los niños.[31]
    • El barniz de flúor es un tratamiento en el que se aplica un fluoruro fuerte sobre los dientes para hacer que el esmalte se fortalezca y sea menos vulnerable a la formación de caries. Este tratamiento se puede realizar cada seis meses sobre los dientes permanentes y los de leche.
    • El sellador de fisuras es un recubrimiento de plástico que se aplica sobre las grietas de los dientes para protegerlos de las bacterias y los residuos de alimentos que podrían quedar atrapados entre estas. Esta sustancia se aplica sobre los dientes permanentes y puede durar hasta 10 años.
  5. Imagen titulada Keep Your Teeth Healthy and Strong Step 19
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    Busca un tratamiento asequible para tus dientes. El cuidado dental puede resultar muy costoso y es probable que muchos planes de seguro médico no lo cubran. Puedes conseguir un tratamiento dental de bajo costo de la siguiente manera:[32]
    • Comunícate con las facultades de odontología e higiene dental y averigua si ofrecen tratamientos de bajo costo para ayudar a que los estudiantes obtengan experiencia. Por supuesto, esta práctica la supervisa un experto en odontología o un higienista dental con experiencia. Además, puedes averiguar en las páginas web de diferentes organizaciones como la Asociación Dental Americana (American Dental Association) o la Asociación Americana de Higienistas Dentales (American Dental Hygienists Association).
    • Comunícate o consulta en la página web de los centros de salud comunitarios o en la Administración de Recursos y Servicios de Salud de los Estados Unidos (US Heath Resources and Services) para encontrar clínicas en tu localidad que ofrezcan servicios de salud que puedas costear.
    • En los Estados Unidos, puedes ponerte en contacto con organizaciones de salud como United Way. Marca el número 211para encontrar una sede de United Way en tu localidad.
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8 consejos para cuidar tu boca con protesis total

8 consejos para cuidar tu prótesis dental 





  1. Recuerda que las prótesis son frágiles, y pueden quebrarse si se caen en el lavabo o en cualquier superficie dura. Cuando las manipules, hazlo sobre un paño suave, que las acolchen y protejan si se te deslizan de las manos.
  2. Cepilla tu prótesis después de las comidas para mantenerla limpia, igual que haces con tus dientes naturales. Pero usa un cepillo y una pasta o limpiador designados especialmente para las prótesis. Las cerdas de estos cepillos son muy suaves para que no se rayen los dientes; las pastas o limpiadores para prótesis son también suaves, sin sustancias abrasivas.
  3. Si te resulta inconveniente cepillar tu prótesis después de comer, enjuágate la boca con agua para eliminar cualquier partícula de alimento que haya quedado atrapada entre los dientes.  Además de limpiar tu prótesis, es necesario que te cepilles las encías, la lengua y la parte interna de la boca con un cepillo de cerdas suaves dos veces al día. Así eliminas la placa y estimulas la circulación, lo que conserva sanas tus encías. Y también es bueno que te laves la boca a diario con un enjuague bucal o con agua tibia con sal.
  4. Usa tu prótesis todos los días para asegurarte de que se adapta bien a tu boca. Con el tiempo, las encías y la línea de la mandíbula cambian y tienden a retroceder. Si usas la prótesis a diario, minimizas el problema.
  5. De todos modos, la prótesis debe ajustarse cada cierto tiempo para que se fije bien. Si la cuidas adecuadamente, suele durar de cinco a siete años antes de que debas reemplazarla por una nueva.
  6. Dale un descanso a tus encías: quítate la prótesis cuando te vayas a acostar. Y para evitar que se golpee o se deforme cuando esté fuera de tu boca, consérvala en agua, a la que puedes agregar alguna pastilla desinfectante.
  7. Si la prótesis te sigue molestando después de un tiempo prudente, ve al dentista. Probablemente necesite un ajuste. Si se mueve cuando hablas, o se suelta cuando te ríes, te sonríes o toses, habla también con tu dentista para que te la ajuste apropiadamente.
  8. Examina tu boca con frecuencia. Si te molesta, si hay algún área dolorosa, o si notas una llaguita que no sana, consulta enseguida con tu dentista. Eso es especialmente importante si padeces de diabetes.
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